sábado, 8 de junio de 2019

Siempre esta aquí


Me esta siguiendo,
siempre, me esta siguiendo,
aquí junto a mi…
esta aquí en mi habitación,
esta en mi cabeza,
aun al cerrar los ojos…
esta aquí…


El terapeuta.

Ha sido una larga semana, llegamos al viernes una vez mas, bueno llegamos algunos, porque no todos terminan la semana, en mi profesión siempre hay alguien que por mas que tratamos de ayudar, no lo logramos, siempre hay alguien que se nos adelanta por su propia mano. Los suicidas en verdad no quieren morir, solo quieren que el dolor pare, pero, hay veces que le dolor puede mas que nuestros deseos de ayudarles.

Cuando un paciente decide tomar la tan mal llamada salida fácil, el trabajo del terapeuta se complica un poco mas, siempre hay revisiones y reportes, hay que repasar las notas tomadas en sesión, revisar a detalle donde pudimos haber fallado, si algo se pudo haber hecho diferente, esto quizás no ayude al paciente, pero nos ayuda a poder entender un poco mas a los pacientes con esquizofrenias y estar listos para dar una mejor atención y ayuda a los próximos pacientes. Entre mis notas encontré el ultimo dibujo que hizo un paciente en la sesión previa a su suicidio, parecía rayar la hoja con el lápiz de manera errática y sin ningún patrón predefinido, y repetía “Siempre esta aquí”, parecía rayas y garabatos sin sentido, pero cuando dejo el lápiz pude notar que entre las lineas y garabatos sobresalía un rostro, el ultimo dibujo de mi paciente antes de cometer suicidio.



La noche anterior el señor Dueñas se abrió las venas de sus muñecas con sus propios dientes, fue algo escalofriante, y la enfermera que lo encontró tuvo que ser sedada pues la imagen era aterradora y traumatizante. Se dice que las enfermedades mentales se han incrementado en los últimos años, pero la verdad es que no es así, estas enfermedades siempre han existido pero la gente no hablaba de ellas, en la antigüedad confundían esta enfermedad con posesión demoníaca y fue hasta finales del sigo diecinueve que se le dio el nombre de demencia precoz y los pacientes eran internados y los tenían encerrados y con camisas de fuerza y hasta 1950 trataron de curarlo con lobotomía, pero nada de esto les ayuda, la sensación de irrealidad los abruma y no basta que les digan que no verdad lo que ven, para ellos sus alucinaciones son tan reales como el sol que nos calienta y es por esto que muchos se aíslan de la sociedad.

Durante años el señor Dueñas vivió encerrado en su apartamento, en un cuarto que siempre tenia las luces encendidas, fue la vecina de abajo de su apartamento quien reporto una gotera del piso de arriba y fue así como dieron con el, desnutrido casi hasta los huesos, su trastorno estaba muy arraigado, escuchaba voces y tenia alucinaciones muy reales, y en sus momentos de lucidez que no eran muchos pedía comida a su domicilio y después pasaba días sin comer, encerrado, atormentado, perseguido por sus alucinaciones.

Cuando llego a mi cuidado, estaba distante, y lo veía una vez por semana, poco hablaba, mantenía la cabeza baja y los ojos entre cerrados viendo en dirección al piso, las primeras sesiones parecían un soliloquio pues no obtenía respuestas de su parte, solo estaba sentado ahí, medicado, viendo el espacio vació, ausente.
Las semanas pasaban, las sesiones seguían sin ningún avance y tome la sedición de disminuir su medicación, un poco cada día para tratar de obtener alguna respuesta de su parte. Fue casi un mes después de que comenzaron nuestras sesiones cuando el comenzó a hablar, y repetía “Siempre esta aquí”, “Me esta siguiendo”… “Siempre esta aquí”.

Era algo, tener una respuesta de su parte, un avance, el señor Dueñas era un caso extraño, aunque ahora sabemos que las causas de la esquizofrenia puede ser por factores genéticos, algún tumor o secuela de alguna lesión cerebral, pero el señor Dueñas había sido un agente de ventas durante la mayor parte de su vida, caminaba todos los días de casa en casa vendiendo productos, tenia una alimentación balanceada y en su familia no había casos de esquizofrenia reportados, pudo ser ambiental, moho o asbesto quizás.

Seguía repasando mis notas, hojas y hojas de notas sobre mis impresiones y sin ninguna respuesta de su parte, unos esporádicos “Siempre esta aquí”, que balbuceaba mientras se mecía, pero nada mas. Hojas y hojas rayadas sin patrón o sentido, ninguna tenia alguna forma a excepción de el ultimo dibujo que hizo.

No tenia nada, ninguna pista y aun así seguía buscando, recordé que lo encontraron en una habitación muy iluminada así que arregle que le quitaran toda la medicación y que la luz de su cuarto siempre estuviera encendida, y eso hizo el truco, o al menos eso pensé yo, con forme los medicamentos abandonaban su cuerpo su personalidad regresaba, era un hombre amable, atento y educado, venia de buena familia y eso se notaba en su forma de tratar y dirigirse a los demás, el cambio fue sorprendente, en nuestras sesiones, hablaba de su niñez que pareció ser bastante normal, de como se aventuro a las ventas pues según sus palabras “así podía conocer personas interesantes y viajar por todo el país”, conforme íbamos avanzando en nuestras sesiones, su lucidez parecía decaer también, paso de las charlas joviales al nerviosismo y poco des pues al delirio, de ser perseguido, y pronto volvimos al principio, las alucinaciones eran mas reales, “Siempre esta aquí” repetía, “Me esta siguiendo” “aun cuando cierro los ojos” “Siempre esta aquí” y tuve que volverlo a poner bajo medicación.

Esto de medicar a los pacientes no es una ciencia tan exacta pues aunque podemos calcular las dosis dependiendo su peso, complexión y actividad, aun quedaba el hecho de que cada organismo procesa y desecha los medicamentos de manera diferente, y con el señor Dueñas tuve el tiempo suficiente de jugar un poco con su medicación y variar la dosis, pues quería que volviera el hombre que por pocos días estuvo entre nosotros, jovial y educado y no el temeroso hámster aterrado de su propia sombra.

Habían pasado 6 meses y por fin una mañana de Mayo recupere un poco del señor Dueñas, parecía un drogadicto en abstinencia, pero se comunicaba mas, trate de obtener tantas respuestas como pude pues no sabia cuanto tiempo iba durar esta vaga lucidez, el me pidió un cigarro, cosa que era poco ortodoxa pero… el señor Dueñas se había convertido en mi caso especial, le ofrecí el cigarro y extendió la mano para alcanzarlo de la caja y pude notar unos rasguños profundo en su antebrazo, le pregunte que le había pasado y contesto “Es el resultado de la necesidad contra el deseo”, yo insistí, eso ¿que significa?, le dio una calada larga al cigarro y continuó, “Uno cree que tiene todo resuelto y de pronto se acaba la suerte”, yo escribía en mis notas, no lo interrumpí solo quería que siguiera.

“Uno cree tener todo resuelto y de pronto se acaba la suerte, ir de casa en casa fue tan excitante como siempre lo soñé, pero las ventas de puerta en puerta no siempre dejaban suficiente para salir la semana, el dinero a veces escaseaba y andando en el camino tenia que hacer algo mas, algo extra para continuar, pero el dinero no se da en los arboles y la maldición de los hombres avaros es querer mas y con el menor esfuerzo y eso me paso a mi, las semanas que no vendía lo necesario para continuar buscaba algo extra, en las casas de los extraños que amablemente me abrían sus puertas, tomaba cosas pequeñas, baratijas que cabían en la bolsa de mi abrigo y que creía yo podría vender en la tienda de empeño del pueblo, y esto se torno algo de cada vez, mientras se distraían con mi catalogo yo veía lo que había en su casa, en su sala, y si algo llamaba mi atención pedía un vaso de agua y hacia lo posible por salir de la casa con el objeto de mi deseo, podría decirse que era cleptómano, pero no era una necesidad de siempre, era mas bien un gusto adquirido, un gusto que me había costado todo, uno cree tener todo resuelto y de pronto se acaba la suerte… quiere saber que me paso en el brazo, esto es el resultado de querer tomar sus medicamentos, Siempre esta aquí, y trata de evitar que me tome los sedantes.”

Apago su cigarro y dejo de hablar, le hice un par de preguntas mas y simplemente no respondió, entonces volvió a su habitación, seguí repasando mis notas, no entendí bien en ese momento a que se refería, muchas mas preguntas que respuestas, pero estaba mas cerca que al principio.

La siguiente sesión, la ultima sesión, lo espere y ya le tenia una caja de cigarros y un cenicero junto a su silla, entro a la habitación y lo note menos tembloroso pero mas lastimado, tenia rasguños en el cuello que se notaban por debajo de su playera y su labio abierto, se sentó en la silla, prendió su cigarro y le dio una calada tan profundo que casi se consumió medio cigarro, le pregunte como es que se había hecho esas lesiones y dijo que no fue él, entonces fue el personal, alguien del personal lo había lastimado y el movió la cabeza negativamente y dándole otra calada al cigarro.

“Cierto día de Junio, intentando vender algo en un pueblo lejano de Oaxaca que no recuerdo su nombre, o al menos no como se pronuncia bien, entre en la casa de una anciana y trate de vender algunas de mis baratijas, y mientra ella veía atenta el catalogo mis ojos registraban la habitación y en una repisa tenia una pequeña caja adornada de jade, de un verde muy majestuoso y con vivos dorados, como otras veces le pedí agua y rápidamente tome aquella caja que no era mas grade que dos paquetes de cigarros juntos y puse en la bolsa de mi abrigo, cuando regreso la anciana, tome el agua y ella pronto noto que no estaba la caja en su sitio, se acerco a la repisa y yo tome mis cosas y le me trate de despedir pero ella gritaba, donde esta, yo camine a la puerta despidiéndome y pensando en salir lo mas rápidamente de ahí, pero gritaba mas fuerte Ati´t (abuela) mi Ati´t (abuela), por un momento recupere la cordura, pues en esos pueblo Oaxaqueños olvidados de dios te linchan por un pequeño hurto, regrese y le dije cálmese, metí la mano a mi bolsa y extendí mi brazo y le entregue la caja, le dije PERDÓN, lo hice sin pensar y ella tomo la caja y desafiante comenzó a repetir tu K'am b'ik (llevar) mi Ati't (abuela), Aj (querer) K'am b'ik (llevar) mi Ati't (abuela), le repetía, es un error, tranquila, perdóneme, ella abrió la caja, tomo con la mano un polvo blanco y me lo soplo en el rostro, y repetía Aj (querer) K'am b'ik (llevar) mi Ati't (abuela), K'am b'ik (llevar) mi Ati't (abuela)… maldita bruja Xibalba, sentí como entraba el polvo por mis ojos, mi nariz y mi boca, sentí como lo absorbían mis poros, salí de ahí corriendo y no mire atrás, pero ya era tarde, el daño ya estaba hecho… sabe, la magia Xibalba es muy parecida al vudú, si no crees no puede afectarte, pero como puede ver por mis marcas, yo comencé a creer.”

El paciente creía realmente que había sido de alguna manera embrujado, que era algo muy normal en pacientes con esquizofrenia, pero en ese momento la paranoia volvió a el, “Siempre esta aquí” repetía, tomó el lápiz y garabateo en una hoja sin parar, “Me esta siguiendo”, repetía sin dejar de arrastrar el lápiz por la hoja, “Si no crees no puede afectarte”, ¿hablas de la magia? Pregunte, no existe, todo esta en tu cabeza “Si no crees no puede afectarte, si no crees no puede afectarte, y yo creí… creí y la escuche, su respiración en mi nuca, fría, y su aliento fétido Uwi' man me llama Uwi' man”, seguía dibujando y súbitamente se detuvo “Siempre esta aquí”, “Si no cree no puede afectarte”, entonces se desmayo, los enfermeros lo llevaron a su habitación y esa misma noche se quito la vida.

Cualquier otro terapeuta podría haber sentido esto como una derrota, una perdida, pero yo, logre sacar a mi paciente de su estado de catatonia y platique lucidamente por momentos gracias a los ajustes de su medicación, o al menos eso pensé, me quede por un momento clavado absorto en el ultimo dibujo que había hecho, en ese rostro, parecía verme, lo acerque a mi rostro y sentí un aire frío en la nuca y recode sus palabras “Si no cree no puede afectarte” pero por un segundo baje la guardia y me permití sentir miedo por aquella briza helada en mi nuca, casi instantáneamente escuche Uwi' man y percibí el olor de un aliento fétido y ahí la vi “ el rostro del dibujo, una visión frente a mí, tan real como tu o yo, por un momento creí y ahora Siempre es aquí… Me esta siguiendo… aun al cerrar los ojos esta aquí.

Fin?

Historia ficticia salida de la mente perturbada de @Viejhipster todos los derechos reservados

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